Primera Etapa.
Aprovechando el puente de mayo, me acerqué con mi esposa a esta exhuberante tierra de la que apenas conocía la ciudad de Santander. Desde Burgos nos acogió un intenso aguacero que, junto con los numerosos túneles que, como lombrices, horadan los verdes montes, volvieron loco al GPS y provocó que nos perdiéramos por sinuosos caminos que atravesaban oscuros bosques de eucalipto en dirección al Parador de Limpias, donde teníamos prevismo hospedarnos.
El Parador de Limpias resultó ser un hermoso palacio del siglo XX al que se accede atravesando un pórtico de piedra, en el que desentona un semáforo en verde que autoriza el tránsito. El edificio está rodeado de un frondoso bosque de eucaliptos, magnolios formidables, avellanos, robles y castaños que lo envuelve todo en diferentes tonos de verde.
A la mañana siguiente, bien temprano, nos dirigimos a la ciudad costera de Laredo, que nos mostró desperezándose una bahía perfecta que se abarca con la mirada. Al fondo se divisaba Santoña, que también habríamos de visitar. La playa de Laredo es amplia y acogedora e invita a disfrutarla de mil maneras.
Después de caminar por su paseo marítimo, nos pusimos de nuevo en marcha en coche y atravesamos la localidad de Hazas, a apenas seis kilómetros de Laredo, en dirección a la playa de San Julián, un paraje que resultó ser expectacular con sus acantilados, vigilados por buitres armados de paciencia, aunque nos costó encontrarlo porque la playa se encuentra destrás de las montañas y eso es algo que desorienta.
Después, entramos en el valle de Guriezo y, de camino a El Puente, en la localidad de Rioseco, encontramos la monumental iglesia de San Vicente de la Maza, enclavada en un pequeño promontorio, solitario templo rodeado de bosques que lo sumen en una penumbra mística y húmeda.
Finalmente, llegamos a la localidad turística de Castrourdiales, donde dimos un paseo por el puerto, que rebosaba ambiente y bullicio, con niños compitiendo en carreras de sacos, regatistas que guardaban la trainera para posteriores competiciones y turistas como nostros cámara en mano. Predomina en esta localidad el más puro acento de pueblo pescador, dominado por la iglesia de Santa María, el castillo-faro y el puente de Santa Ana.
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